Al querido Prof. Dr. Ubaldo Centurión Morínigo,
admirado maestro de la Facultad de Derecho - U.N.A.,
luz que nos mostró estas luces...
1) HOMENAJE A UN ILUSTRE HOMBRE DEL DERECHO EN SUDAMÉRICA.
Eduardo Juan Couture
Etcheverry, o Eduardo J. Couture, nació en Montevideo, Uruguay, el 24 de mayo de 1904 y falleció allí, el 11 de mayo de 1956. Fue un prestigioso abogado y profesor de Derecho uruguayo, cuya fama trasciende hasta hoy. Sus padres fueron don Eduardo Couture y doña Aurelia Etcheverry.
Maestro Eduardo J. Couture |
Sus estudios
primarios como secundarios, Couture los realizó en la capital uruguaya. En 1923 ingresó
como estudiante a la Facultad de
Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad
de la República, en Montevideo. Producto de las
modestas condiciones de su hogar, a los 15 años de edad asumió su primer
trabajo en el Centro Odontológico del Uruguay, institución a la que
permanecería vinculado hasta el día de su muerte.
Ya como estudiante
de Derecho, comenzó a colaborar en el estudio jurídico del abogado Federico Escalada. El 29 de diciembre
de 1927, recibió el título de Doctor en Derecho y Ciencias Sociales.
Ya abogado comenzó inmediatamente la carrera de
profesor. El 16 de junio de 1931 fue designado Profesor Agregado del Aula de
Procedimiento Civil, al aprobarse su tesis "El Divorcio por voluntad de la
mujer. Su régimen Procesal". Fue luego designado Profesor Encargado de Grupo, y, finalmente, Catedrático Titular de dicha asignatura en 1936, cargo que lo desempeñó hasta sus días finales.
Tanto su trabajo académico y profesional, como su obra
escrita fue ampliamente reconocida a lo largo de toda su vida. En 1947 la
Academia Nacional de Uruguay le nombró académico de número. En 1950 el
Ministerio de Instrucción Pública del Uruguay le otorgo la Medalla de Oro,
máxima recompensa oficial a la cultura. Ese mismo año la República de Brasil le confirió el grado de "Comendador de la Orden Nacional de la Cruz del Sur". En 1951 la República Francesa le nombró "Caballero de la Legión de Honor".
Las principales obras intelectuales del maestro Couture, son: " Fundamentos de derecho procesal civil", "Estudios de derecho procesal civil", "Vocabulario de derecho procesal civil", "Proyecto del Código de procedimiento civil del Uruguay", y, "Introducción al estudio del proceso civil". También, "Los mandamientos del Abogado" (más conocido, como el "Decálogo del Abogado").
Eduardo Juan Couture Etcheverry falleció en la
madrugada del 11 de mayo de 1956, y sus restos fueron enterrados en el Cementerio General de ciudad de Montevideo.
2) EL DECÁLOGO DEL ABOGADO, SEGÚN EL MAESTRO COUTURE.
El texto del Decálogo, es el siguiente:
"I. Estudia. El Derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos serán cada día un poco menos Abogado.
II. Piensa. El Derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.
III. Trabaja. La Abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la Justicia.
IV. Lucha. Tu deber es luchar por el Derecho, pero el día que encuentres en conflicto el Derecho con la Justicia, lucha por la Justicia.
V. Sé leal. Leal como tu cliente al que no puedes abandonar hasta que comprendas que es indigno de ti. Leal para con el adversario, aun cuando él sea desleal contigo, Leal para con el Juez que ignora los hechos, y debe confiar en lo que tú le dices y que, en cuanto al Derecho, alguna que otra vez debe confiar en el que tú le invocas.
VI. Tolera. Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea tolerada la tuya.
VII. Ten paciencia. El tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su colaboración.
VIII. Ten fe. Ten fe en el Derecho, como el mejor instrumento para la convivencia humana; en la Justicia, como destino normal del Derecho, en la Paz como substitutivo bondadoso de la Justicia; y sobre todo, ten fe en la Libertad, sin la cual no hay Derecho, ni Justicia, ni Paz.
IX. Olvida. La Abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras llenando tu alma de rencor llegaría un día en que la vida sería imposible para ti. Concluido el combate, olvida tan pronto tu victoria como tu derrota.
X. Ama tu profesión. Trata de considerar la Abogacía de tal manera que el día que tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proporcionarle que sea Abogado."
3) ÉTICA Y DERECHO.
"I. Estudia. El Derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos serán cada día un poco menos Abogado.
II. Piensa. El Derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.
III. Trabaja. La Abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la Justicia.
IV. Lucha. Tu deber es luchar por el Derecho, pero el día que encuentres en conflicto el Derecho con la Justicia, lucha por la Justicia.
V. Sé leal. Leal como tu cliente al que no puedes abandonar hasta que comprendas que es indigno de ti. Leal para con el adversario, aun cuando él sea desleal contigo, Leal para con el Juez que ignora los hechos, y debe confiar en lo que tú le dices y que, en cuanto al Derecho, alguna que otra vez debe confiar en el que tú le invocas.
VI. Tolera. Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea tolerada la tuya.
VII. Ten paciencia. El tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su colaboración.
VIII. Ten fe. Ten fe en el Derecho, como el mejor instrumento para la convivencia humana; en la Justicia, como destino normal del Derecho, en la Paz como substitutivo bondadoso de la Justicia; y sobre todo, ten fe en la Libertad, sin la cual no hay Derecho, ni Justicia, ni Paz.
IX. Olvida. La Abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras llenando tu alma de rencor llegaría un día en que la vida sería imposible para ti. Concluido el combate, olvida tan pronto tu victoria como tu derrota.
X. Ama tu profesión. Trata de considerar la Abogacía de tal manera que el día que tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proporcionarle que sea Abogado."
3) ÉTICA Y DERECHO.
Sin temor a equivocarse, el mundo en que vivimos es cada vez más precipitado, más exitista y cada vez "menos ético".
Los mandamientos propuestos por el maestro Couture, fueron muy actuales para el tiempo en que él vivió y pudo predicarlos con el ejemplo. Hoy día, no tan solo son cada vez mas necesarios estos espacios de encuentro y reencuentro con los principios de los que el profesional abogado no puede desdecirse.
Los principios y normas jurídicos no siempre, necesariamente, se realizan con la mayor de las éticas en los procedimientos o juicios.
Más que leerlos y afirmar acerca de ellos epítetos, calificativos y demás que busquen elevar la voz acerca de la bella letra de este Decálogo del Abogado, debemos comprender que es mejor y más necesario, practicarlos, vivirlos y asumirlos como si fueran una forma de vida, una filosofía existencial que predique el ejemplo.
La dignidad y la probidad no son meras casualidades, sino causalidades.
BIBLIOGRAFÍA.
- Couture, Eduardo J. "Decálogo del abogado".
- Internet: wikipedia.es/couture.
- Savater, Fernando. "Despierta y lee".